¿Te despiertas a media noche con ansiedad y sudor frío? Al menos a ti se te pasará al despertar, si no te invaden constantemente las Visiones.
La justa translación del oscuro universo lovecraftiano a viñetas a color, no es tan fácil cuando el autor maldito se manifestaba ateo pero moralista, y declarado pesimista por el tenebroso mundo que le tocó vivir, o es que éste le parecía así por su frustrada carrera de corrector de estilos en una editorial. Con sus relatos nos transmite cierta decrepitud, algunos delirios sobrenaturales, generosa paranoia esquizoide y demás temores naturales a lo desconocido, todavía impolutos de la futura revolución industrial que lógicamente desaprobaba, pero probablemente todo son síntomas gestados en su aislamiento social que justificaba con su desdichada infancia (con su madre acomplejada y un difunto padre sifilítico).
Aún con todo su infierno de narraciones, Howard Phillips Lovecraft se presta a ser adaptado a otros medios si el intérprete correspondiente también se deleita con elucubraciones propias, como parece entender a la perfección el dibujante Hernán Rodríguez, que con sus barrocos diseños en los monstruos, lúgubres escenarios y la caracterización de sus víctimas apabullantemente enfermizas extrapola los parámetros costumbristas sin un atisbo de pedante clarividencia.
Visiones es una lectura oscura, densa y mejora si tienes la suerte de consumarla en algún desolado lugar para permitirte sumergir en estos cuentos de los años veinte de la mano amputada de estos renegados autores.¿Viajamos juntos?Dame tu mano... MA.D.Gregor
9 de marzo de 2008