La obra del coruñés Miguelanxo Prado, tan poética como inquietante, abrió un nuevo horizonte para la viñeta y ahora es objeto de reedición especial por parte de Norma Editorial
En un islote perdido en el océano coinciden varios viajeros. Dicen que tres barcos fondeados en este lugar al mismo tiempo es un mal presagio. Un faro sin luz, una fonda sin clientes, un dique inmenso, esas son las coordenadas por las que se mueven los personajes de Trazo de tiza, la obra tan poética como inquietante del coruñés Miguelanxo Prado que ve la luz bajo los auspicios de Norma Editorial con motivo del 30 aniversario de su lanzamiento.
Una historia en la que aparentemente no pasa nada, situada en ese trozo de tierra que se antoja “un límite blanco entre lo tangible y lo posible”, un microcosmos de incomunicación y malentendidos que se dio a conocer por primera vez entre los lectores españoles en las páginas de la añorada revista Cimoc y en À Suivre, para ser rescatada posteriormente por Norma y alzarse con el premio a la mejor obra de autor español en el Salón del Cómic de Barcelona 1994 y a la mejor historieta extranjera en el Festival de Angulema del mismo año.
Publicada por Glénat en catalán (Traç de Guix) en el 2008, y por El patito en gallego (Trazo de Xiz) en el 2012, Trazo de tiza quedó como una referencia insoslayable de ese cómic que luchaba por romper sus corsés generacionales y demostrar que cualquier buena historia podía ser contada en viñetas. “Yo me planteé esta obra como un regalo a mí mismo y fui el primer sorprendido al ver la respuesta de crítica y público”, confesaba el autor en una entrevista para la web especializada Guía del Cómic. “Porque, hablando honestamente, me aproveché un poco de mi posición; sabía que mantenía una relación cómoda con los editores, que podía forzar un poco la máquina, y me planteé una historia para mi propio gusto. Y hay incluso gente del medio a los que, aunque les haya gustado, les parecía irreal, con esos personajes de diálogos tan poco naturales... Pero es que eso es lo que yo quise hacer”.
“Está claro que el arte -y lo digo con minúsculas, sin intentar sacralizar nada-, no es esclavo de la realidad”, prosigue Prado, el primer sorprendido de la extraordinaria respuesta que ha venido teniendo este trabajo dentro y fuera de España. “Trazo de Tiza es una propuesta ilusoria desde el primer momento. Yo le propongo al lector un universo alternativo en el que no hay elefantes que vuelan ni naves espaciales, pero donde tampoco hay ningún nexo con la realidad. Y el lector que quiera lo acepta y el que no, no. Yo no engaño a nadie, desde el primer momento lo advierto en las citas del principio”
La peripecia de Raúl, Sara y Ana se convirtió de este modo en la consagración definitiva del autor de obras como Crónicas incongruentes, Tangencias, Pedro y el Lobo o The Sandman, así como en un hito del cómic español que sigue tocando la fibra de los lectores 30 años después de salir de imprenta por primera vez.
16 de diciembre de 2022