La curiosidad de un niño llamado Andy mató al gato. ¿Te apuntas de excursión con Chuck Dixon?
Andy, amigo de sus amigos, teme por ellos porque tienden a desaparecer. No sólo los malos, es que también los buenos. Andy, que siempre suspende historia, podría decir que no conoce la lealtad.
Andy, muy avispado que es él, decide adentrase en este árduo misterio hasta donde sea necesario antes de que le llegue también su hora y se pregunta como salvar su vida si es el único que recuerda a los desaparecidos.
Andy, que se nos muestra como intrépido investigador, sospecha del rarito de la clase y por éso le persigue, pero mete las narices donde apesta a peligro y se da de bruces con el peor embrollo que puede imaginar un estudiante de primaria. Andy, que es demasiado ingenuo, no tiene ni pajolera idea de hacia dónde huir cuando descubre que quien le persige es un ¿robot-cowboy?
Ideas como ésta sólo pueden ocurrírsele a Chuck Dixon (Team Zero, Grifter/Midnighter) capaz de manejar en sus series conceptos tan dispares como mundos mágicos e invasiones extraterrestres, o como demuestra en esta serie, personajes extrapolados de su origen que no se casan con más dios que el ilustrador de este volumen Andrés Klacik, quien aporta aires del clasicismo que se popularizó en los veteranos lectores de las descatalogads adaptaciones de las grandes novelas clásicas de aventuras.
Ah... Andy no volverá a suspender Historia jamás de los jamases... chínchate. M.A.D.Gregor
6 de marzo de 2008