El pasado Salón del Cómic de Barcelona nos trajo muchas y muy buenas novedades, entre ellas un cómic que trata de un tema de la máxima actualidad, a saber, la necesidad de reinventarse en tiempos de crisis.
Jean-Pierre Gibrat, autor de álbumes tan destacados como La prórroga, El vuelo del cuervo o Mattéo, cede en esta ocasión los lápices a Christian Durieux para dar vida a un guión distinto a los que nos tiene acostumbrados, pero no por ello menos interesante.
La gente honrada deja de lado los temas históricos habituales en las historias de Gibrat y nos traslada al momento actual para narrarnos la historia de Philippe un alto ejecutivo de una multinacional que, en el día de su 53 cumpleaños, recibe la peor llamada de su vida: le acaban de despedir. Por si eso fuera poco, su empresa ha estado estafando a la seguridad social, por lo que no tiene derecho a prestación de desempleo y, además, también pierde su casa.
Con semejante arranque podríamos esperar una deprimente historia sobre la dureza de los tiempos que atravesamos, pero el talento de Gibrat como guionista va mucho más allá y nos regala un relato optimista e interesante sobre el valor de los amigos, la familia y el ingenio cuando las circunstancias no están de nuestro lado.
Philippe, quien después de recibir la fatídica llamada se pasa meses sin saber qué hacer, descubrirá que se puede volver a empezar de la nada con ganas, ideas y la gente adecuada alrededor. Su periplo le llevará de un restaurante a una obra ilegal y, de ahí, a inventarse un trabajo que le cambiará la vida.
En un momento en el que historias como la de Philippe no forman parte precisamente de la ficción, La gente honrada trae un soplo de esperanza y nos recuerda que, pase lo que pase, lo más importante siempre son las personas.
17 de mayo de 2012