Sergio Mora forma parte de una hornada de autores que fraguó en la recta final del siglo XX y eclosionó con fuerza en la primera década del siglo XXI. Se formó en la escuela de artes y oficios Llotja de Barcelona y sus primeros trabajos lo vinculaban al mundo de los tebeos, ya que fue uno de los pilares de la revista El Puñalito (1999), junto a futuros talentos del mundo de la imagen como Santos de Veracruz, Sonia Pulido y Pedro Rodríguez. Como muchos de sus compañeros de aquella época, su carrera ha estado especialmente ligada al mundo de la ilustración, donde desplegó un imaginario muy original combinando los referentes populares más diversos: cine de serie B, ciencia ficción, arte mexicano, dinosaurios, música, superhéroes, el señor Spock, Betty Page y toda la parafernalia de la subcultura estadounidense de los 50. Todos esos elementos alimentan la imaginación de un creador irrepetible y genial.
Su sobrenombre surgió de forma accidental cuando buscaba un nicname para su dirección de correo electrónico. Como su verdadero nombre no estaba disponible, tanteó diversas alternativas hasta que dio con “Magicomora”, convertido desde entonces en nom de plume. Como tal, firmó multitud de carteles, libros infantiles, cuadros, participó en exposiciones individuales, colectivas, nacionales e internacionales. Hoy es considerado uno de los exponentes más destacados del movimiento “pop surrealista”. Sin embargo, su obra se resiste a las etiquetas. Inicialmente, incluso, su trabajo en el mundo de la ilustración era visto con cierto recelo por su matiz artístico, y el mundo del arte lo recibía con cierto desdén por su trayectoria como ilustrador. El tiempo y su obra han dinamitado todos esos prejuicios. Hoy, Sergio Mora es el creador de un universo gráfico que destaca por su vitalidad, su hondura, su originalidad y su humor. Moraland es una ventana abierta a ese universo.